Floyd Mayweather Jr. no necesitó bailar para vencer a Ricky Hatton. Sus puños fueron mucho más potentes que sus pies. Mayweather conservó anoche su condición invicta y defendió sus argumentos de que es el mejor boxeador del mundo, libra por libra, al imponerse al inglés en el décimo asalto de una contienda que no incluyó ninguno de los pasos que el monarca ha mostrado en los cuadriláteros y en un programa de “reality show” de la televisión.
Hatton no permitió que Mayweather se moviera, pero de poco le sirvió.
Mayweather recurrió a sus precisos golpes para desgastar al retador por el cetro de los welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
El inglés trató de meterse al combate en corto para sumar puntos, pero Mayweather siempre encontró una respuesta a esa estrategia. El final llegó después de que Mayweather asestó un potente gancho de izquierda que derribó a Hatton de espaldas, en la esquina del campeón.
El retador se levantó a la cuenta de ocho, pero el estadounidense lo volvió a acorralar de inmediato y le propinó una andanada de puñetazos por lo alto.
Hatton cayó, mientras el réferi Joe Cortez intervenía para cesar las hostilidades y la esquina del retador arrojaba la toalla, al 1:35 minuto del episodio.
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