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martes, 2 de octubre de 2007

Consumido por el esfuerzo extremo para dar el peso

Son tan pocos los atletas pinoleros buenos de verdad que es inevitable sentir que una terrible tristeza nos oprime el alma cuando vemos a uno de ellos desvanecerse súbitamente, como si hubiera sido un espejismo.

¿Cómo fue posible que Luis Pérez, ese brioso peleador capaz de fabricar impactos desde una silenciosa zona de sombras donde acostumbra permanecer, resultara tan bruscamente desbordado, claramente superado, ferozmente golpeado, asombrosamente inutilizado y finalmente aniquilado por Joseph Agbeko, que se mostró excesivamente preciso y destructivo, como no lo imaginamos ni en la más alarmante pesadilla?
Durante siete asaltos llenos de espanto, vimos cómo Luis se estaba cayendo a pedazos. Cuando todo terminó, salí a la calle a buscar aire y tratar de encontrarle una explicación a lo ocurrido.

¿Adónde diablos se fueron sus habilidades? ¿Quién le escondió su combinación de golpes rectos? ¿Qué pasó con su aptitud para contragolpear? ¿Y la fortaleza en sus piernas? Obvio, cuando no has logrado un cultivo de tus facultades en el gimnasio, el deterioro se presenta en pantalla. Pérez no fue un estudiante aplicado y ese descuido lo pagó muy caro, entregando el cinturón de las 118 libras.

Puede que aún el mejor Pérez no hubiera podido vencer a un púgil tan versátil como Agbeko, pero recordé a Wilfredo Gómez sin la preparación adecuada, batallando con el peso, subestimando la que tenía que ser la pelea de su vida, apaleado implacablemente por el mejicano Salvador Sánchez. ¿Hubiera sido esa la pelea con el mejor Wilfredo?
La clave de Alexis Argüello no fue su indiscutido talento, su exuberante poder o su habilidad para descifrar estilos, sino su preparación. Eso fue siempre lo mejor de Alexis, listo siempre para recorrer kilómetros extras si las circunstancias se lo exigían. Incluso, el Alexis que perdió con Pryor, fue el mejor construido en el gimnasio.

En cambio, Pérez, que frente a Machado, Bolaños y García supo juntar la fogosidad de Néstor William Obregón con la consistencia y buena orientación de Agustín Martínez, y el manejo de golpes de Hermógenes Prado, fue un fantasma frente a Agbeko.

Consumido por el esfuerzo extremo para dar el peso y afectado por sus pocas horas de adiestramiento, sus reflejos no respondieron, su poder no apareció, sus músculos le pesaban, jadeó, sufrió y perdió.

Hay mucho que reflexionar para entrar en un replanteo. Pérez es joven, tiene facultades, necesita más pulimento, con mejores instructores, pero sobre todo, aferrarse a su vocación de boxeador ahora que está en el momento en que puede sacar un buen provecho. Estar claro de que su futuro depende de su presente.

Se trata de ser o no ser boxeador, lo cual podría conducirlo a ser nada. No puede volver a pelear al desnudo. Debes entenderlo Luis, lo más pronto posible.

El médico estaba advertido

Debido a los problemas que presentó Luis Pérez en los exámenes previos, el médico de la pelea Smith Ketchum estuvo alerta a cualquier dificultad, subiendo al ring en el sexto asalto y por última vez al final del séptimo, cuando decidió suspender las acciones. “El médico (Ketchum) indicó en la televisión y después yo hablé con él, que la coordinación de las pupilas (de Luis) y sus ojos estaban muy disparejas y había empeorado del penúltimo al último round”. “Entonces, después de la pelea todavía estaba mal en el camerino y lo transportamos al hospital para que le hicieran un chequeo en el cerebro, etcétera. Ahí ya las pupilas recuperaron un poco, pero todavía estaba como lesionado y estábamos preocupados por él”, reiteró García.

García dijo que después de la pelea de julio con el mexicano Genaro “Poblanito” García, Pérez aprobó dos exámenes neurológicos, pero la inquietud se mantuvo en Sacramento. “Lo íbamos a dejar pelear, observarlo, pero después de la pelea nos enteramos que estaba sufriendo para bajar de peso. No nos dijeron eso, nos aseguraron que estaba bien en el peso... Es bochornoso para la gente que trabaja con él (Pérez) que hayan ocultado los problemas de peso”, finalizó García.

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